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Mostrando entradas de febrero, 2012

LOS NIÑOS DESAPARECIERON

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foto cortesía de Diana karina Maldonado Medina Febrero de 2012 el fin del mundo no llegó pero si había algo muy peculiar que pasaba, tengo 6 hermanos, la edad de Cristo y la ultima vez que realice el árbol genealógico de mi familia comenzando por mi bisabuela, ya la familia Medina contaba con 285 persona, pero algo raro sucedió con los de mi generación en adelante, o sea  los nacidos en 1978 en adelante, en nosotros  había pasado algo que más nadie en mi familia se había percatado y yo sin embargo lo notaba y era  que mis primos, mis hermanas, mis primos segundos y mis primos terceros, todos ellos viajaron por todo el mundo, sí echaron para adelante, si estudiaron ¿como no? Si se casaron, si hicieron familia. Pero ninguno de ellos ni yo habíamos tenido hijos, entonces surgió la duda ante mi, ¿que pasó? Los de mi generación en adelante decidieron todos no tener hijos, o prefieren seguir con sus carreras, viajar, hacer más dinero y luego tener hijos, porque aunque esto de

EL ÁRBOL DE LILAS

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UNO Él se sentó a esperar bajo la sombra de un árbol florecido de lilas. Pasó un señor rico y le preguntó: ¿Qué hace sentado bajo este árbol, en vez de trabajar y hacer dinero? Y el hombre le contestó:   Espero. Pasó una mujer hermosa y le preguntó: ¿Qué hace sentado bajo este árbol, en vez de conquistarme? Y el hombre le contestó: Espero. Pasó un niño y le preguntó: ¿Qué hace Usted, señor, sentado bajo este árbol, en vez de jugar? Y el hombre le contestó : Espero.  Pasó la madre y le preguntó: ¿Qué hace este hijo mío, sentado bajo un árbol, en vez de ser feliz? Y el hombre le contestó:   Espero.  DOS Ella salió de su casa.  Cruzó la calle, atravesó la plaza y pasó junto al árbol florecido de lilas. Miró rápidamente al hombre.   Al árbol.   Pero no se detuvo.   Había salido a buscar, y tenía prisa.   El la vio pasar,  alejarse, volverse pequeña,

ESTA VEZ

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-      °          ¡ Esta vez sí! Esta vez será el último intento, Así lo dijo Cerró los ojos y se lanzó al vacío y  arriesgarse de nuevo a amar. Apostó,  pero de nuevo perdió De nuevo,   no era él, No era el muchacho sentado debajo del árbol de lilas  que la esperaba, Como en el cuento de María Teresa Andruetto, No había nadie esperándola. Así que cayó de nuevo al suelo, Se golpeó duro, Y esta vez decidió cerrar la Santamaría optó por  algo más sano      Decidió encerrar su corazón.   El        ELINANDA