El Ritual





Era el 31 de Octubre día de las Brujas faltaban diez minutos para las doce de la noche, Aunque aun no creía que ese ritual se debía hacer ese día y más con ese propósito,
Pero ella confiaba en su maestro, el traía sus secretos y sabiduría desde el ultimo rincón de Egipto.  Su maestro le había indicado que esa noche a pesar de ser el día de los muertos se movían muy buenas energías porque todo el mundo se tomaba este día como fiesta y diversión.

Tomó la rama de canela, encendió la vela blanca y para concentrarse comenzó a meditar...
a veces no sabia de donde surgían esas palabras extrañas que le sonaban en su cabeza, eran otro idioma que no conocía, así que siguió mentalmente al coro de voces que escuchaba, parecían mándalas Hindúes...

Y comenzó a pedir su deseo "deseo que llegué a mi alma gemela"" siguió repitiéndolo mentalmente una y otra vez, cerró los ojos y siguió meditando hasta dejar su mente en blanco, se concentro tanto que no se dio cuenta que estaba levitando, un ruido que provenía de la calle le hizo abrir los ojos y se cayó...

Aún no terminaba de creer que funcionaria el ritual, sabia por la experiencia personal narrada por su maestro que reconocería a su alma gemela con solo mirarla y si lo tocaba la energía que transmitiría se lo confirmaría.


Pasaron los meses y nada pasaba, se cansó de esperar pues nada llegaba, tal vez no habría nadie para ella.

Ya habían pasado seis meses desde que hizo el ritual y nada habia sucedido, ya había perdido la fé en aquello, se sentía sola a ratos, esa tarde tenia la cita con otra maestra de magia blanca, ella solo iba a una consulta del tarot, pero aquella señora le confirmó lo que ella en el fondo ya sabia pero se negaba.
La señora le dijo: -Hija tu también eres una brujita, eres vidente, debes prestarle atención a tus antepasados que te hablan, pero tu no lo escuchas. 
A lo que ella solo se hecho a reír, ya lo sabia pero no quería prestarle mucha atención a eso pues le tenia terror a lo desconocido.
La bruja blanca le dijo que pronto aparecería alguien para ella, un hombre un poco mayor, de canas, simpático y trigueño que la estaba buscando, pero que tenia que abrir el corazón para poderlo reconocer, ella sin querer se acordó del ritual y lo inútil que había sido… le decía que sí a la bruja , nada más por irse, pues ya la estaban esperando.

Salió de allí y se fue al centro a encontrarse con sus amigos que  la esperaban en el festival de teatro, después de pasar una velada agradable, de ver y observar la gran diversidad de presentaciones, se sentaron en un banco en la salida del teatro principal a conversar y ponerse al día con sus vidas pues tenían tiempo sin verse.

Entre cuento y cuento iba saliendo la gente y ella observaba sin prestar mucha atención, cuando de repente salió un grupo y el se quedó en frente con sus amigos hablando un rato y desde que paró allí no dejaba de mirarla y sonreía, ella se quedo atónita, pues este hombre le llamó mucho la atención, era guapo, tenia una mirada penetrante, era trigueño claro y su cabello pintaba algunas canas, era un poco mayor que ella y muy atractivo, tenia un look medio bohemio, justo como a ella le encantaba y a la vez descomplicado y casual.

El seguía mirándola insistentemente hasta el punto que la hizo perder el hilo de la conversación que ella sostenía con sus amigos y la intimido bastante, luego se fue caminando con su grupo y aunque el caminaba hablando, seguía observándola y sonriéndole cada vez que podía.

Así que pasaron los días desde que lo vio y ella ya tenia la certeza de que era el, solo faltaba ir como siempre iba al teatro los fines de semana para encontrarse con el, ó no volver más ante el temor que le daba volverse a enamorar.



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