LOS NIÑOS DESAPARECIERON

foto cortesía de Diana karina Maldonado Medina

Febrero de 2012 el fin del mundo no llegó pero si había algo muy peculiar que pasaba, tengo 6 hermanos, la edad de Cristo y la ultima vez que realice el árbol genealógico de mi familia comenzando por mi bisabuela, ya la familia Medina contaba con 285 persona, pero algo raro sucedió con los de mi generación en adelante, o sea  los nacidos en 1978 en adelante, en nosotros  había pasado algo que más nadie en mi familia se había percatado y yo sin embargo lo notaba y era  que mis primos, mis hermanas, mis primos segundos y mis primos terceros, todos ellos viajaron por todo el mundo, sí echaron para adelante, si estudiaron ¿como no? Si se casaron, si hicieron familia.

Pero ninguno de ellos ni yo habíamos tenido hijos, entonces surgió la duda ante mi, ¿que pasó?

Los de mi generación en adelante decidieron todos no tener hijos, o prefieren seguir con sus carreras, viajar, hacer más dinero y luego tener hijos, porque aunque esto de tener hijos es un mandato de la sociedad, era raro que a todos les pasara lo mismo, ¿se paro la producción?, siendo muy diferentes a la generación de mis padres, a la de mis abuelos.

 O sencillamente maduramos y queremos hacer las cosas poco a poco.

Pasó el tiempo, los meses, los años, los más jóvenes se iban casando y nadie tenia hijos, recordé la maldición del libro de Cien años de Soledad, donde el ultimo miembro nacería con cola de cerdo, ¿sería tal vez la maldición de la familia Medina? Yo No lo sabía…. Tal vez moriría sin saberlo.

Pero algo extraño sucedía en la ciudad donde yo vivía, a todos mis amigos contemporáneos les estaba pasando lo mismo, todos los que se casaban, compraban su casa y ya tenían cierta estabilidad, ¡pues no, no tenían hijos!

Pensé que era un fenómeno de solo la gente que estaba cercana, pero después viendo las redes sociales notaba que no nacían niños, no había mujeres preñadas, no había parejas con coches en los parques, los parques infantiles a los que iba no se veían  familias como antes.

Y ¿Qué paso con los niños?

¿Se los llevo el viento?

 ¿Había una especie de enfermedad que estaba esterilizando a las mujeres?

¿No hay niños?

Decidí salir a caminar una semana completa a buscarlos, pase por las plazas, las avenidas, los parques y no habían, me dirigí a colegios y preescolares y me di cuenta que ya no habían, un anciano que trabajaba como vigilante en un preescolar me dijo: El colegio cerró porque no llegarón mas niños, las maestras se fueron y ahora trabajan como vendedoras en centros comerciales.

Pensé en donde los podría encontrar, me dirigí al sitio donde más circula gente en Caracas, si el metro, estuve dos horas allí y nada, no paso ningún infante, solo veía a niños de 7 años en adelante.

Los parques estaban abandonados, ya nadie iba allí, le pregunte al heladero y tampoco supo que decirme, el no se había fijado que no habían niños pequeños, camine y camine, pero no vi ninguno.

Hable con un señor que barría la calle y me comentó, que el sí había visto algunos en su barrio, estaban abandonados porque sus padres no los podían mantener y se los llevaron a un orfanato.

¡Claro!  ¿Cómo se me pudo pasar un orfanato?, me dirigí a uno, y los vi estaban allí, pero sus caras estaban tan tristes, al verme no entendí porque tenían en el rostro tanta alegría al verme, ¿Quién era yo para que se pusieran tan contentos y se me lanzaran a abrazar? Me sentí tan querida, tan rodeada de amor, se les veía en las caritas las ganas de que me los llevara de ahí y que yo los adoptara como su mamá.  Jugué un rato con ellos y hable con las cuidadoras que allí trabajaban, ellas me comentaron que a nadie le gustaba adoptar porque la gente decía que los niños tienen que nacer de uno, porque sino vienen con mañas. Y la psicóloga me explicó que esto era falso, pues el niño es un ser social  y todo los que es y como sea en su adolescencia y adultez será producto de la educación de sus padres, de los valores y la crianza.

Salí de allí y decidí llamar a Carlos, el era un amigo que se había casado con Angela hace cuatro años y quería preguntarle el ¿por que no habían tenido niños?, hable un rato  y su explicación era que sí querían que lo habían intentado pero no podían pues Carlos era estéril. Seguí indagando y me explicó que habían entrado en un proceso de inseminación artificial y que cada tratamiento costaba Bs 45 millones de Bolívares, y que no era seguro porque podía fallar, y ya era la tercera vez que lo intentaban, seguí así todo el día llamando a parejas de amigos y las historias eran similares, si no era él, era ella la que no podía tener,  Y la opción para todos era la bendita inseminación, con el riesgo de que sí quedaban embarazados podían salir morochos, trillizos o cuatrillizos.

Seguí preguntando a amigos de mis amigos, llame a mis primos, ya sabía lo de mis hermanos, la causa era la misma y la alternativa era siempre igual.

Todas las parejas de mi generación en adelante que tenían una estabilidad económica para tener familia, no podían tener, gastaban hasta un promedio anual de Bs 100 millones de Bolívares en tratamientos de fertilización sin resultados satisfactorios, con la amargura de ver sus sueños de padres frustrados, y mientras tanto recuerdo la cara de los niños del orfanato, esperando tanto amor por parte de algunos padres que los vayan a buscar, rezando todos los días a su ángel de la guarda porque les regale un Papá ó una Mamá, pues ni siquiera exigen que sean los dos.

Cada vez que entra un adulto al orfanato ellos se paran en circulo alrededor del jardín, y esperan, esperan que no sea el trabajador social, esperan que esta vez no sea  el medico que los viene a visitar, esperan que esta vez no sea una maestra, esperan que no sea el plomero ni la directora del orfanato.

Ellos solo esperan y le piden a Dios que el próximo que por allí entre sea su Papá o su Mamá que los venga a buscar, y que escojan por ellos de entre todos a uno, ellos prometen ser obedientes, estudiosos y amorosos porque solo quieren una familia,

Solo quieren un hogar.

Elinanda